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Demagogia hembrista.

sábado, 20 de junio de 2009

Muy buenos días.

Está es la primera entrada que voy a aportar a este blog y desearía indicar un par de cosas. En primer lugar que es un texto ya antiguo, el cual fue también enviado como carta al director y apareció en el periódico "Hola que tal", actualemente convertido en "Globatium" a modo de artículo, en su versión impresa. Tanto está como las aportaciones que haré durante las próximas semanas serán textos escritos anteriormente y que se han visto divulgados en ciertos foros, periódicos, blogs... ya que al estar actualmente ocupado con diferentes tareas no puedo elaborar textos nuevos por falta de tiempo.

No obstante todos los textos que aportaré cumpliran con el requisito de ser originales míos, a veces aparecidos en otros espacios firmados con el pseudónimo de Odime. No obstante cuando disponga de más tiempo espero poder aportar material nuevo, algo que en la actualidad lamentándolo mucho no me puedo permitir hacer. Aclarados estos detalles ahí va mi primera reflexión que espero sea de vuestro agrado:

Demagogia Hembrista.

En el debate del día 3 de marzo del 2008, el Sr. Zapatero refiriéndose al tema de la violencia doméstica, confirmó su firme apoyo a la línea planteada por la Ley Integral y sus partidarios, prometiendo ampliar su marco sancionador mediante la creación de un registro público de maltratadores y el reforzamiento de sus medios judiciales y policiales para que, literalmente y en sus propias palabras “esos 85000 cobardes machistas sientan la presión del Gobierno y de toda la sociedad” demostrando con esta afirmación que el recuento llevado a cabo por quienes defienden esta ley en lo referido al número de maltratadores es plenamente aceptado por nuestro presidente, sin ningún atisbo de duda, a pesar de que existen serios motivos para tenerlas, si es que desea serse un poco razonable y objetivo al analizar el origen de esta cifra.

Comenzando por el hecho de que muchos jueces estén dando órdenes de alejamiento como mal menor con el que solucionar casos poco claros o directamente imposibles de dilucidar del todo, circunstancia agravada por la conocida sobresaturación de carga de trabajo en los Juzgados de Violencia Sobre la Mujer, y que estas sentencias de alejamiento sean de un modo ventajista utilizadas por los partidarios de esta norma para aumentar las estadísticas nacionales de maltratadores, continuando con el claro sesgo discriminatorio y culpabilizador de lo masculino que la ley incorpora desde su concepción, ya que de haber sido ciertas acciones perpetradas por mujeres habrían recibido un tratamiento legal a modo de faltas y no de delitos, sin olvidar tampoco como factor agravante de esta probable valoración hinchada de las cifras el significativo auge de las denuncias falsas, cada vez más reconocidas y puestas en relieve por diferentes colectivos y profesionales del derecho.

Aún con todos estos argumentos en contra, el Sr. Zapatero aborda la cuestión secundando fielmente las directrices del feminismo de género, criticado en la actualidad por un creciente número de sectores sociales, incluidas diferentes plataformas feministas, pero a pesar de su talante justiciero, contundente e implacable, lo cierto es que con la presente Ley Integral, sus múltiples carencias, defectos y consecuencias contraproducentes y el absoluto inmovilismo con que la mantienen impermeable a cualquier crítica quienes la han creado y defienden, al margen de la ya consabida valoración altamente positiva que tratan de hacer de ella para salvaguardarla, la realidad es que esta ley favorece el que “paguen justos por pecadores” y ni él ni nadie puede convencernos de que entre esos 85000 supuestos maltratadores no se encuentre un destacado porcentaje de inocentes o de injustamente condenados, los cuales acabarán siendo víctimas de todas las medidas fortalecidas que aumenten la severidad de esta ley, y el Sr. Zapatero no sólo va agravar su inmerecido castigo sino que además mantiene su drama en la invisibilidad y encima les insulta desde la televisión.

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